El engañoso brillo de las suscripciones: ¿realmente el futuro de los negocios?

Cada vez más rostros conocidos de la industria y pequeñas startups alzan sus voces a favor de los modelos de negocio basados en membresías. La promesa de ingresos recurrentes atractivos roba el sueño a aquellos que buscan estabilidad financiera, sin embargo, debemos armar nuestro arsenal crítico dentro de una visión tecnológica en medio de un panorama fluctuante. La no tan nueva estrategia de implementación de suscripciones está pulsando fuerte en el mercado global. Ahora, la pregunta es si es sostenible en el largo plazo o si es otra modita que pronto pasará de moda.

A nivel global, este modelo ha mostrado un crecimiento exponencial, comenzando por la industria del entretenimiento en streaming y extendiéndose a ámbitos tan diversos como la alimentación saludable y el bienestar personal. Sin embargo, las cifras pueden ser engañosas: el 30% de los usuarios se desuscriben en el primer año. Estadísticas de 2025 indican que empresas, en 2022, adoptaron este modelo por suscriptores con un año de racketeering, delicados conceptos que no garantizan la retención. Es el eterno dilema: atraer a nuevos clientes versus cuidar de la lealtad de los existentes. Además, el auge de la conciencia sobre la privacidad digital plantea otra inquietud sobre la cantidad de datos que las empresas deben recolectar para hacer sostenible este modelo, lo que conduce a un conflicto de intereses en la gestión de la información personal. Siendo así, sería esencial que las grandes corporaciones y las pymes no caigan en la trampa de correr demasiado rápido detrás de este sandboard, antes de ver si el suelo es suficientemente firme en la dirección de su elección.